Aquellos polvos futuros lodos
En épocas de satélites espías y misiles teledirigidos, suena por lo menos raro recurrir a un texto de estrategia bélica del siglo V a.c. Pero bueno, descontando carromatos, armaduras de madera, arcos y flechas, se puede encontrar una base teórica potable para enfrentar enemigos, o aggiornando el término, candidatos opositores.
Habrá tiempo de comparar a este guerrero chino cuasi mitológico con figuras influyentes de la filosofía del “deber ser” como Maquiavelo o el más cercano Dick Morris –en http://daleviruta.blogspot.com/2010/02/el-mejor-principe.html hay una análisis interesante sobre estos dos últimos-, pero lo importante ahora es destacar como un manual de prácticas de guerra es utilizado para llevar adelante una estrategia de desgaste y oportunismo político en pleno siglo XXI, y en nuestra pequeña y humildísima Argentina. Vale recalcar que ninguno de los personajes en cuestión han reconocido usar a “El arte de la guerra y la estrategia” como libro de cabecera, pero las semejanzas con la situación actual se van descubriendo a medida que avanzan las páginas.
Para comenzar, podríamos tomar el caso del Vicepresidente Julio César “Cleto” -¿con o sin comillas?- Cobos. Sun Tsu explica en uno de los primeros apartados del libro: “El Arte de la Guerra se basa completamente en el engaño. En consecuencia, si eres capaz fingirás incapacidad; si eres activo fingirás pasividad”. Esta frase entra en perfecta sintonía con la actuación de Cobos desde la disputa por la resolución 125, en donde se lo presentó a la sociedad como un “moderado” que “pacificó al país”, un hombre de profunda “inocencia” que actuó según sus “convicciones” –las comillas refieren a textuales extraídas de medios masivos nacionales-, cuando en realidad esa dubitación –el voto “no positivo”- lo instaló como uno de los principales candidatos a suceder a Cristina Fernández en el sillón de Rivadavia.
Siguiendo los lineamientos del gran general chino, la oposición continúa son su estrategia de guerra permanente y desgaste. Sun Tsu dice: “Provoca al general enemigo y trata de encolerizarlo”, a lo que Li Ch´uan –discípulo del primero- agrega: “El general que se encoleriza permite que se quebrante su autoridad con gran facilidad. Su temple no es estable”. Cualquier similitud con el recordado “Qué te pasha, Clarín?” no es mera coincidencia…
Hay una frase de Sun Tsu que cuaja tan perfectamente con la realidad que resulta irrisoria, más tomando en cuenta en el momento que se dio: en pleno verano, estalló la crisis del Banco Central, con Martin Redrado como principal protagonista. Entonces, el maestro chino dice: “Mantén a tu enemigo en tensión y desgástalo con tu acoso”, a lo que, otra vez, agrega Li Ch´uan: “Fatiga a tu enemigo cuando está descansando”. Sun Tsu enfatiza en la estrategia de la tensión, y otra vez lo fáctico y lo retórico se mezclan en una misma realidad: Bonasso, Solá, Reutemann, Donda, Camaño y tantos otros, o según el guerrero oriental: “Cuando esté unido, divídelo”.
Las enseñanzas de Sun Tsu son amplias y diversas, por lo que se va a necesitar algún tiempo y muchos caracteres para trazar una paralelismo entre su teoría y nuestra triste realidad. Aún así, no quería cerrar esta escueta primera parte sin antes hacer una referencia elíptica a un ex presidente que por costumbre ya ni se lo nombra, pero del que se recuerda mucho y muy bien a su madre: “Cuando saquees una región, reparte tus fuerzas; cuando conquistes un territorio reparte los beneficios”. Robo para la corona, denunció Verbitsky…
Facundo Selfeni
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