Ni periodistas resentidos, ni políticos frustrados. Sin agenda y con los temas clavados en la frente. Un poco de aire vicioso, dedos afilados y conspiraciones absurdas que nunca ven la luz. Ninguna cereteza, pocas palabras y mucha deformación del lenguaje... Más vale tarde que nunca, Un millón de moscas hace su lanzamiento mundial en tierras sudacas sin ningún sentido especial y con una cuota de ira particular...
Nicolás Spaccavento y Santiago Reboreda son dos jóvenes emprendedores y creadores del proyecto-empresa LinkLab, un servicio de posicionamiento en la red y gestión de estrategias en Facebook, Twitter, YouTube, etc. para equipos de prensa y campaña de personalidades políticas.
En entrevista con Un millón de moscas, explicaron las ventajas que ofrecen las nuevas herramientas 2.0 a la hora de dar visibilidad a las actividades, propuestas, intervenciones de los políticos ante los electores. Destacaron a Barack Obama como pionero en la materia, e ilustraron con ejemplos nacionales la importancia que van tomando los nuevos canales en las discusiones de agenda.
Profundizaron además en los conceptos de "posicionamiento", "horizontalidad" y "contenido relevante", claves para entender la competencia política vía internet y las nuevas formas de participación.
A la hora de hablar de política, los medios de comunicación suelen poner el foco sobre los personajes de más renombre. Desgraciadamente, esta metodología ayuda implícitamente al personalismo, al show, lo que genera que las discusiones políticas puras queden al margen.
Es hora de empezar a escuchar a los que realmente hacen política, a los que estan junto al pueblo, a los que tienen una trayectoria y siguen caminando para escuchar a sus pares. Porque eso es lo que son y se sienten: pares.
Las bases políticas, los militantes, son nuestros representantes del futuro. Se sabe que las emergencias obligan a analizar el presente, y que el pasado no resuelto puede resultar en una historia circular. Pero hay que empezar a ver quiénes son los que participan, por qué participan y cuáles son sus proyectos de sociedad.
En esta oportunidad, entrevistamos a Lucas Ramiro, un militante fervoroso y desinteresado, que nos explica por qué milita activamente, cuáles son las diferentes formas de participar, cómo se maneja la política partidaria, y el rol de los militantes en la política de hoy en día. Para terminar, se explaya sobre el espacio democrático que tienen las bases, y desmitifica el tan aclamado "consenso", una triste manera de ceder ante los intereses de los sectores hegemónicos.
Escuchemos a Lucas Ramiro, entonces, un bocanada de aire puro y esperanza:
Crítica de Historias Tupamaras, de Leonardo Haberkorn
“Él tenía una voz
ronca y sabía lo que decía, aunque algunos lo dudaran. Él me decía: ´¿sabés, Kaqui?,
en la próxima revolución tienen que caer menos muertos`. Los muertos perseguían
al Bebe; los compañeros que había visto caer y los enemigos que había matado”.
Quien da testimonio es Aníbal De Lucía, ladero del
emblemático líder guerrillero Raúl Sendic durante los primeros años del
Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros), por los sesenta en Montevideo.
Su recuerdo sobre aquella turbulenta época es bien distinto del que hoy esgrime el ala del Frente Amplio liderada por José Mujica, ex tupamaro y flamante
presidente, y la idílica historia oficial del MLN.
En Historias Tupamaras, Leonardo Haberkorn
plasma sin filtro ese y otros relatos inéditos de ex tupamaros de alta
jerarquía que derrumban ladrillo a ladrillo ciertos “mitos” purificadores e
idealizantes del MLN muy difundidos desde que el Frente Amplio es gobierno.
Justo ahora, cuando aquellos años se hacen un lugar en la agenda política de
Uruguay. El Frente intenta disipar, en su país y en Washington, inquietudes por
el pasado guerrillero de Mujica.
Que los tupamaros no
se armaron para tomar el poder sino para defender la democracia; que el MLN estaba
más cerca de Robin Hood que de Montoneros y de la guerrilla argelina; que la
organización era un ámbito de libertad y fraternidad antes que de lucha
sangrienta y verticalismo... A partir de “vivencias concretas de personas
reales, piezas del rompecabezas que hasta hoy habían sido ignoradas”, Haberkorn
siembra la duda acerca de esas construcciones ideales sobre Tupamaros que en
los últimos años han ido ganando terreno en el imaginario uruguayo.
Historias Tupamaras no pretende ser una verdad revelada, ni
siquiera una revisión histórica. Es un exhaustivo trabajo periodístico cuyo
mayor mérito es abrir el juego sobre un debate que parecía cerrado, en el marco
del ascenso al poder del frenteamplismo con raíces tupamaras. Quizás sin
quererlo, el libro también es un reparo para toda una generación que creyó en
Tupamaros. Justo ahora, cuando “el Pepe” se afeita la barba y se pone un traje
por primera vez en su vida.
Por qué un país que encabeza rankings mundiales de violencia, desempleo, corrupción y desigualdad invertiría 6700 millones de dólares en un evento deportivo? A corto plazo, la Copa del Mundo ni siquiera será un gran negocio para Sudáfrica. El impacto que tendrá la afluencia de turistas y la inversión en infraestructura en la economía del país no será el que se esperaba en 2004, cuando el país se postuló para ser la sede y la crisis global aún no asomaba.
En realidad, la gestión del presidente Jacob Zuma piensa en el Mundial como una gigantesca estrategia de exhibición multilateral para Sudáfrica. "Cuando decimos que estamos listos para el torneo, no es una frase retórica: hablamos en serio", aseguró el propio Zuma, como si sospechara que los grandes inversores internacionales se tomaran en broma a su país.
Como relata el periodista británico John Carlin en su buen libro "El factor humano", Nelson Mandela aprovechó genialmente la copa mundial de rugby de 1995 para apuntalar su proyecto de unidad nacional, tras el desmantelamiento del sistema de segregación racial del apartheid. Quince años más tarde, Sudáfrica espera que otra fiesta del deporte sirva para dar una vuelta de página en su historia.
Ocurre que, al tiempo que la economía sudafricana representa un tercio del PBI del continente y el país es catalogado como potencia emergente junto a India o Brasil, Sudáfrica aún no logra resolver heredados problemas estructurales como una producción de escaso valor agregado y una excesiva dependencia de la exportación de minerales (oro, platino, diamantes); una tasa de desempleo que trepa al 25%; o una regresión en la distribución del ingreso peor que en varios países de la propia África.
Para terminar con esos déficits, y ganarse definitivamente su derecho a dialogar de igual a igual con los países centrales, Sudáfrica necesita un proyecto de desarrollo y crecimiento sustentables y a largo plazo. Y, como se sabe, lo primero en esa línea es atraer grandes inversiones internacionales. Para eso fue concebida la apuesta de su candidatura a sede del Mundial, y no para resolver problemas de agenda inmediata como, entre otros, su récord en índices de criminalidad.
Cuando el campeón levante la copa, y la gran fiesta del fútbol termine, se verá si fue una gran apuesta o solamente una apuesta arriesgada.
Antofagasta de la Sierra, plena puna catamarqueña. La comunidad coya del lugar, ninguneada por la historia, sale del letargo y empieza a desfilar.
En el restaurante del nuevo y bonito Hotel Municipal se reúnen las principales figuras de la comunidad. La oradora, una apurada y empática abogada perteneciente a una ONG porteña, les enseña fugazmente algunos derechos civiles a tener en cuenta a la hora de luchar contra la instalación de una mina de litio en las inmediaciones el pueblo. Pero, se sabe, las clases de instrucción cívica poco sirven contra el pragmatismo, la corrupción y el poder para-político que controla el destino de los lugareños.
Compartiendo empanadas con Gabriel, un trabajador municipal, la charla deriva en temas sensibles. Antofagasta de la Sierra es un lugar de ensueño, “turísticamente sustentable”, como le dicen ahora a la explotación de las bellezas naturales. Volcanes, lagos y uno de los escoriales de lava más grandes del país, que se pierde en los horizontes pedregosos. En pleno verano, no pasaban de 20 los turistas que habían llegado hasta ahí. Falta inversión, faltan caminos, falta capacitación. En fin, falta, y mucho.
Gabriel se queja de la desidia de los gobernantes. Que no hacen nada por su pueblo, que regalan las tierras, que dejan hacer por cualquier limosna. Y vino la pregunta inevitable: por qué no van a la casa del intendente y le reclaman. La respuesta sorprende, y mucho: “No vamos a protestar a la casa del intendente porque queda lejos. Vive en San Fernando del Valle de Catamarca, a 560 kilómetros de acá. Ahora, cuando viene, ahí sí que le hacemos oír los reclamos”. Sí, como lo leyeron. El intendente de Antofagasta de la Sierra, Carlos Fabián, no vive en Antofagasta de la Sierra. Dicen que una vez casi lo linchan, y que después tuvo que volver con custodia. Pero vuelve poco, muy de vez en cuando y para alguna celebración local. El resto del año se lo pasa en su chalet de San Fernando.
Postal de la política argentina. Imagen elocuente del olvido al que tenemos sometido a los pueblos originarios.
El último jueves, la Cámara de Senadores citó al diputado Francisco De Narváez para que aclare su relación con el canal América TV. Hace algunas semanas, esta misma cámara había citado a Reinaldo Sietecase para que declarara sobre una supuesta censura en el programa Tres Poderes, que se emitía por el mismo canal. Como se observa en el video de abajo, luego de hacerle algunas preguntas incómodas al entrevistado –Francisco De Narváez-, Sietecase es levantado del aire en plena editorial.
En pleno debate en el Senado, la senadora María Eugenia Estenssoro duda de que el canal sea propiedad del colombiano. Parece ser que ésta es la estrategia, aunque sea de prensa, para despegar a De Narváez de un caso flagrante de censura, quizás el más elocuente de los últimos tiempos.
La Revista Target, una especie de edición especial de la Revista Apertura, publicó en su último número el mapa de medios del país. En el gráfico se observan todos los grandes medios del país, con la correspondiente participación accionaria de cada uno de sus dueños. Como pueden ver en la imagen que se adjunta, De Narváez reconoce ser el propietario del diario El Cronista Comercial, de la propia Revista Apertura, y de una empresa llamada Information Technology. Sugestivamente, su nombre figura muy cerca de América Multimedios, pero no hay línea punteada que los una. Y más sugestivamente, el 5 por ciento de éste paquete accionario está a nombre de “Otros”. En todo el resto de los casos, sin excepción, se había publicado el nombre o razón social de los propietarios, por más mínimos que sean, de los medios. Parece ser que los medios de De Narváez intentan ocultar su participación en el canal América.
Pero, ¿De Narváez es realmente propietario del canal de Rial y Majul? Según sus propias palabras, parece que sí. Miren las pruebas, si les parece conveniente.
Desde los medios de un diputado nacional –situación ya poco ética- se desinforma a la sociedad para evitar ensuciar la imagen del propietario. Y lo que es más grave, utiliza su poder para censurar a los periodistas que no le son del todo obsecuentes. Peligroso si sabemos que De Narváez es uno de los máximos candidatos a gobernar la provincia de Buenos Aires.
En el Día del Periodista, ninguno de los diarios de mayor tirada nacional hizo mención al colectivo de trabajadores de prensa del diario Crítica de la Argentina que hace meses espera una resolución sobre su situación laboral y el pago de sus salarios atrasados.
Tampoco del acto que tuvo lugar hoy en la puerta del canal, con la presencia de compañeros periodistas de medios tan diversos como Clarín, Olé, Tiempo Argentino, La Prensa, Ámbito Financiero, América TV, Canal 7, Canal 9, Telefé, Canal 26, TyC Sports, ESPN, Radio Nacional, Radio América y varios otros.
La dirección gerencial de esos diarios parece congraciada con el empresario español Antonio Mata -propietario del 82% de las acciones de Crítica-, quien luego de que el fundador del diario Jorge Lanata abandonara el proyecto sin remordimientos decidió dejar a los trabajadores a la deriva.
Ríos de tinta corrieron sobre Mariano Moreno, la ética periodística y la libertad de prensa. Pero Mariano Moreno se revolvería en la tumba si supiera de la paradoja: cuando se trata de la lucha de los trabajadores de prensa, la libertad de prensa no existe y no hay ética periodística que valga. La línea editorial pende como una espada sobre las redacciones.
Por eso, sin hacer uso de su arma más letal -la palabra-, los compañeros periodistas se las ingeniaron para homenajear y apoyar al colectivo de trabajo de Crítica con este fuerte aplauso:
Y a ese aplauso, en un acto que revela valentía y a la vez pinta de cuerpo entero cómo se trabaja en el oligopólico Grupo Clarín, se sumaron con algunos días de retraso los periodistas del diario Clarín.
Primavera de 1907. Juana apunta su escoba como si fuera un fusil. Debajo del atrio improvisado desde el que arenga a los inquilinos de San Telmo, madres y niños devuelven el gesto y como brujas levantan las propias. Todavía está fresco el recuerdo del cuerpo inerte de Miguelito Pepe, a cuyo entierro, convertido en multitudinaria marcha de protesta, todas las familias del conventillo Las Catorce Provincias asistieron. Le pegaron un balazo en la frente durante una tarde de represión policial, en presencia y con consentimiento del jefe del Departamento. Juana Rouco Buela fue una de las oradoras principales el día del funeral.
Igual que Miguel, Juana tiene dieciocho años. Es una pieza fundamental en la organización y movilización de los conventillos pobres de Buenos Aires, que sostienen una masiva huelga en contra del alza de alquileres y los desalojos (las escobas son el símbolo: "para barrer a los propietarios"). Los vecinos escuchan su discurso con admiración. Sin saber que es autodidacta, y que hasta a leer aprendió sola, se preguntan quién le habrá enseñado tanto sobre la explotación de la clase obrera, el papel femenino en el trabajo y las técnicas de defensa contra la policía.
Si le preguntaran, ella les diría que su padre está en Madrid, como casi toda su familia. Llegó de España cuando no tenía doce años, con su hermano mayor. Su entrada al mundo del trabajo fue tan precoz como su ingreso al sindicalismo. A los quince ya era delegada de los obreros de la rosarina Refinería Argentina de Azúcar en el congreso de la Federación Obrera Regional Argentina, y tenía varios años de trabajo como planchadora y de lecturas en las principales bibliotecas anarquistas. Fundó luego el Centro Anarquista Femenino, sin sospechar que décadas más tarde sería recordada como la figura femenina anarquista más destacada de la historia nacional.